La AIE advierte de que este año, corre el riesgo de estar marcado por la tensión en el mercado ante una demanda más fuerte de lo anticipado y una gran volatilidad.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado al alza sus estimaciones sobre la demanda de petróleo en 2021, a la vista de las cifras sorprendentemente altas del último trimestre pese a la ola de ómicron, y prevé también que el consumo en 2022 será bastante más elevado de lo que anticipaba.
De acuerdo con la agencia entre octubre y diciembre el mundo consumió 99 millones de barriles diarios, lo que significa 1.1 millones más que en el trimestre anterior y 345 mil más de lo que había anticipado en diciembre, modificando su anterior escenario.
Así, la demanda media en 2021 fue de 96.4 millones de barriles diarios, con un aumento de 5.5 millones respecto a 2020; y subirá otros 3.3 millones este año hasta 99.7 millones de barriles diarios, de forma que recuperará el nivel que había antes de que estallara la crisis de la COVID-19 a comienzos de 2020.
En los dos años, son 200 mil barriles diarios de los que la propia agencia había anunciado hace solo un mes, lo que corre el riesgo de favorecer todavía más las presiones que desde las vacaciones de Navidad han encarecido el barril de crudo en cerca de una veintena de dólares hasta llegar a techos que no se alcanzaban desde hace más de siete años.
Esas cifras ponen en evidencia que las medidas puestas en marcha por los gobiernos ante la explosión de contagios por la variante ómicron han sido menos restrictivas que en anteriores olas y su impacto sobre la actividad económica y sobre la demanda de crudo “relativamente contenido”.
La significativa corrección de los datos de la demanda por parte de la agencia, que reúne a los principales países consumidores miembros de la OCDE, llega después de que los precios del petróleo se hayan disparado desde comienzos de año hasta niveles que no se habían visto desde 2014.
Por el lado de la oferta, la situación tampoco está muy despejada, sobre todo en lo que hace referencia a los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios, ya que la agencia teme que algunos de ellos no puedan cumplir las expectativas de extracción que se tienen este año.
En principio, ese grupo debería incrementar su cuota de mercado del 51% el pasado año al 53% en 2022.
Pero hay que ponerlo en condicional porque en diciembre ese grupo sacó a la venta 250 mil barriles diarios más que en noviembre, cuando se esperaban 400 mil a causa de Nigeria y en particular de Rusia, que solo fueron compensados en parte por Arabia Saudita.
De esa forma, la brecha entre el objetivo que se había marcado la OPEP y sus socios y la producción final aumentó hasta 790 mil barriles diarios en el último mes del año.
Si esas inquietudes no se confirman, este año la oferta debería crecer rápidamente y países como Estados Unidos, Canadá y Brasil producirán al mayor ritmo de su historia.
En el caso de Estados Unidos se espera una media de 17.7 millones de barriles diarios, un millón más que en 2021.
Pero el aumento más pronunciado tiene que venir de Arabia Saudita, que debería extraer 4.4 millones de barriles diarios adicionales.
La AIE advierte de que este año, corre el riesgo de estar marcado por la tensión en el mercado ante una demanda más fuerte de lo anticipado y una gran volatilidad.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado al alza sus estimaciones sobre la demanda de petróleo en 2021, a la vista de las cifras sorprendentemente altas del último trimestre pese a la ola de ómicron, y prevé también que el consumo en 2022 será bastante más elevado de lo que anticipaba.
De acuerdo con la agencia entre octubre y diciembre el mundo consumió 99 millones de barriles diarios, lo que significa 1.1 millones más que en el trimestre anterior y 345 mil más de lo que había anticipado en diciembre, modificando su anterior escenario.
Así, la demanda media en 2021 fue de 96.4 millones de barriles diarios, con un aumento de 5.5 millones respecto a 2020; y subirá otros 3.3 millones este año hasta 99.7 millones de barriles diarios, de forma que recuperará el nivel que había antes de que estallara la crisis de la COVID-19 a comienzos de 2020.
En los dos años, son 200 mil barriles diarios de los que la propia agencia había anunciado hace solo un mes, lo que corre el riesgo de favorecer todavía más las presiones que desde las vacaciones de Navidad han encarecido el barril de crudo en cerca de una veintena de dólares hasta llegar a techos que no se alcanzaban desde hace más de siete años.
Esas cifras ponen en evidencia que las medidas puestas en marcha por los gobiernos ante la explosión de contagios por la variante ómicron han sido menos restrictivas que en anteriores olas y su impacto sobre la actividad económica y sobre la demanda de crudo “relativamente contenido”.
La significativa corrección de los datos de la demanda por parte de la agencia, que reúne a los principales países consumidores miembros de la OCDE, llega después de que los precios del petróleo se hayan disparado desde comienzos de año hasta niveles que no se habían visto desde 2014.
Por el lado de la oferta, la situación tampoco está muy despejada, sobre todo en lo que hace referencia a los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus socios, ya que la agencia teme que algunos de ellos no puedan cumplir las expectativas de extracción que se tienen este año.
En principio, ese grupo debería incrementar su cuota de mercado del 51% el pasado año al 53% en 2022.
Pero hay que ponerlo en condicional porque en diciembre ese grupo sacó a la venta 250 mil barriles diarios más que en noviembre, cuando se esperaban 400 mil a causa de Nigeria y en particular de Rusia, que solo fueron compensados en parte por Arabia Saudita.
De esa forma, la brecha entre el objetivo que se había marcado la OPEP y sus socios y la producción final aumentó hasta 790 mil barriles diarios en el último mes del año.
Si esas inquietudes no se confirman, este año la oferta debería crecer rápidamente y países como Estados Unidos, Canadá y Brasil producirán al mayor ritmo de su historia.
En el caso de Estados Unidos se espera una media de 17.7 millones de barriles diarios, un millón más que en 2021.
Pero el aumento más pronunciado tiene que venir de Arabia Saudita, que debería extraer 4.4 millones de barriles diarios adicionales.