El petróleo subía el viernes y se encaminaba a su segundo avance anual consecutivo, en un año volátil marcado por la escasez de suministros a causa de la guerra de Ucrania y el debilitamiento de la demanda del principal importador mundial de crudo, China.
El crudo se disparó en marzo, cuando el referencial mundial Brent alcanzó los 139.13 dólares por barril, su máximo desde 2008, después de que la invasión rusa de Ucrania desató la preocupación por el suministro. Los precios se enfriaron rápidamente en la segunda mitad de 2022 ante la preocupación por la recesión mundial.
“Este ha sido un año extraordinario para los mercados de materias primas, con riesgos de suministro que han provocado una mayor volatilidad y precios elevados”, dijo Ewa Manthey, analista de ING. “El año que viene será otro año de incertidumbre, con mucha volatilidad”.
A las 09:15 GMT, el Brent ganaba 32 centavos, o un 0.4%, a 83.78 dólares el barril, y el West Texas Intermediate en Estados Unidos sumaba 31 centavos, o un 0.4%, a 78.71 dólares.
En el conjunto del año, el Brent se apresta a ganar un 8%, tras haber subido un 50% en 2021. Por su parte, el WTI se encamina a mejorar un 4.6% en 2022, tras el alza del 55% del año pasado. Ambos referenciales cayeron en 2020 por el impacto de la pandemia en la demanda.
Aunque el aumento de los viajes navideños de fin de año y la prohibición de vender crudo y productos petrolíferos rusos son favorables, la escasez de oferta se verá contrarrestada por el descenso del consumo por el deterioro del entorno económico el año que viene, dijo Leon Li, analista de CMC Markets.
“Se prevé que la tasa de desempleo mundial aumente rápidamente en 2023, lo que frenará la demanda de energía. Así que creo que los precios del petróleo pueden caer hasta 60 dólares el próximo año”, afirmó.
(Reporte adicional de Florence Tan y Emily Chow; editado en español por Carlos Serrano)
El petróleo subía el viernes y se encaminaba a su segundo avance anual consecutivo, en un año volátil marcado por la escasez de suministros a causa de la guerra de Ucrania y el debilitamiento de la demanda del principal importador mundial de crudo, China.
El crudo se disparó en marzo, cuando el referencial mundial Brent alcanzó los 139.13 dólares por barril, su máximo desde 2008, después de que la invasión rusa de Ucrania desató la preocupación por el suministro. Los precios se enfriaron rápidamente en la segunda mitad de 2022 ante la preocupación por la recesión mundial.
“Este ha sido un año extraordinario para los mercados de materias primas, con riesgos de suministro que han provocado una mayor volatilidad y precios elevados”, dijo Ewa Manthey, analista de ING. “El año que viene será otro año de incertidumbre, con mucha volatilidad”.
A las 09:15 GMT, el Brent ganaba 32 centavos, o un 0.4%, a 83.78 dólares el barril, y el West Texas Intermediate en Estados Unidos sumaba 31 centavos, o un 0.4%, a 78.71 dólares.
En el conjunto del año, el Brent se apresta a ganar un 8%, tras haber subido un 50% en 2021. Por su parte, el WTI se encamina a mejorar un 4.6% en 2022, tras el alza del 55% del año pasado. Ambos referenciales cayeron en 2020 por el impacto de la pandemia en la demanda.
Aunque el aumento de los viajes navideños de fin de año y la prohibición de vender crudo y productos petrolíferos rusos son favorables, la escasez de oferta se verá contrarrestada por el descenso del consumo por el deterioro del entorno económico el año que viene, dijo Leon Li, analista de CMC Markets.
“Se prevé que la tasa de desempleo mundial aumente rápidamente en 2023, lo que frenará la demanda de energía. Así que creo que los precios del petróleo pueden caer hasta 60 dólares el próximo año”, afirmó.
(Reporte adicional de Florence Tan y Emily Chow; editado en español por Carlos Serrano)