Actualmente, las petroleras solo asignan un 2.5% de sus inversiones a fuentes renovables.
Las compañías dedicadas a la producción de petróleo y gas deberían destinar la mitad de sus inversiones a energías limpias para el año 2030, con el objetivo de limitar el aumento de las temperaturas a 1.5 grados Celsius, según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Publicado a una semana del inicio de la Cumbre sobre el Clima COP28 en Dubai, el informe de la AIE destaca las acciones que las empresas del sector pueden emprender para lograr el objetivo común de alcanzar emisiones netas cero para la energía para el año 2050, siendo el compromiso del sector con la transición energética un tema clave en la COP28.
La AIE subraya que el primer paso es reducir drásticamente las emisiones generadas por las operaciones de estas empresas. La producción, transporte y procesamiento de petróleo y gas contribuyen con el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía, una cifra significativa que equivale a la totalidad de las generadas en Estados Unidos.
Para alcanzar los objetivos climáticos, las emisiones deben reducirse en más del 60% para 2030 desde los niveles actuales y llegar a niveles cercanos a cero a principios de la década de 2040, destaca la AIE, señalando que se debe dar “máxima prioridad” a la eliminación de las fugas de metano.
Aunque se prevé que haya un consumo continuo de gas y petróleo para 2050, este será significativamente menor, y la AIE destaca que “no todos los productores pueden ser los últimos en abandonar” el sector.
El informe estima que para 2050 se necesitarán aproximadamente 25 millones de barriles diarios de petróleo a nivel mundial, en comparación con la demanda proyectada de 103 millones para 2023. Además, se requerirán alrededor de 920 mil millones de metros cúbicos de gas para 2050, la mitad de los cuales se destinarán a la producción de hidrógeno.
La AIE enfatiza que el sector de gas y petróleo tiene una posición privilegiada para desarrollar energías renovables, como la eólica marina, los biocombustibles, el biometano o la geotérmica, gracias a sus infraestructuras y la capacitación de sus trabajadores.
Aunque el sector invierte anualmente 800 mil millones de dólares, el doble de lo que se prevé necesario en 2030 debido a la esperada disminución de la demanda, las empresas del sector deben destinar la mitad de sus inversiones a las renovables para 2030, en comparación con el 2.5 % actual, según el informe.
La AIE también destaca que los países productores de gas y petróleo representan solo el 1 % de las inversiones mundiales en energías limpias, reconociendo que estos países pueden experimentar impactos económicos con la transición, pero estarán bien posicionados para liderar el proceso debido a sus capacidades en energías fósiles.