Estados Unidos no renovará la licencia que aliviaba sanciones a Venezuela, en respuesta al incumplimiento de Maduro de compromisos electorales, restringiendo nuevamente el comercio petrolero.
Estados Unidos ha decidido no renovar una licencia que expira el jueves, la cual había permitido aliviar las sanciones petroleras a Venezuela. Esta decisión responde al incumplimiento por parte del presidente Nicolás Maduro de ciertos compromisos electorales.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que otorgará a las empresas 45 días para cerrar sus operaciones en el sector petrolero y de gas venezolano. Esta medida marca un retroceso en la política de Biden de reengancharse con el gobierno de Maduro, que inicialmente alivió parcialmente las sanciones en octubre tras un acuerdo entre el gobierno y la oposición venezolana.
Las sanciones, originalmente impuestas en 2019 por el gobierno de Donald Trump, habían sido flexibilizadas ligeramente después de que Maduro cumpliera algunos compromisos del acuerdo de 2023. Sin embargo, Maduro falló en permitir una competencia justa en las elecciones presidenciales, específicamente en la descalificación de candidatos y partidos por tecnicismos y el continuo acoso a la oposición y la sociedad civil.
Aunque la administración Biden no se inclina totalmente hacia una campaña de “máxima presión” como la de Trump, está revaluando su enfoque dado el impacto potencial en los precios globales del petróleo y el flujo migratorio venezolano hacia Estados Unidos, especialmente durante el año electoral. Las autoridades de EE. UU. están abiertas a moderar su respuesta dependiendo de cómo evolucione la situación política en Venezuela.
El ministro de Petróleo de Venezuela, Pedro Tellechea, afirmó que el país está preparado para enfrentar las renovadas sanciones, destacando la fortaleza de PDVSA en comercialización y logística. Venezuela ha visto un aumento en las exportaciones de petróleo desde la flexibilización de las sanciones, pero sigue enfrentando desafíos significativos en la reconstrucción de su capacidad de producción y en atraer nuevas inversiones.
La política de Estados Unidos permite aún la posibilidad de que las empresas soliciten licencias específicas individualmente, aunque el éxito de tales solicitudes dependerá de la disposición de Estados Unidos a concederlas.
Chevron y algunas empresas europeas mantienen autorizaciones para operar con petróleo venezolano.