El estudio del NRGI destaca la necesidad urgente de que Pemex y México adopten estrategias para una transición energética sostenible y enfrenten sus desafíos financieros.
El Instituto para la Gobernanza de los Recursos Naturales (NRGI, por sus siglas en inglés) presentó el estudio titulado “Pemex y la transición energética: respuestas oportunas a retos crecientes”.
El estudio destaca la necesidad de una transición energética urgente y efectiva para enfrentar la crisis climática global. Pemex y el Gobierno mexicano deben tomar decisiones estratégicas para asegurar la sostenibilidad de la empresa y la seguridad energética del país. Las próximas elecciones ofrecen una oportunidad para que los ciudadanos exijan a los líderes políticos que se comprometan a abordar estos desafíos y a cumplir con las metas de descarbonización del país, garantizando así un futuro sostenible para México y sus comunidades.
Se subraya la urgencia de impulsar una transición energética hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles en el contexto de la crisis climática global. Sin embargo, esta transición plantea desafíos significativos para los países productores de petróleo como México y sus empresas estatales, especialmente Petróleos Mexicanos (Pemex).
El informe señala que, según análisis recientes, alrededor de 10 mil millones de dólares en activos de Pemex podrían no ser rentables en el Escenario de Compromisos Declarados (APS) de la Agencia Internacional de Energía. Esto tendría un impacto severo en las comunidades vinculadas a la industria petrolera, particularmente en estados como Campeche y Tabasco, que son responsables del 50% y el 41%, respectivamente, de la producción total de Pemex.
La complicada situación financiera de Pemex, caracterizada por altos costos en refinación, pasivos laborales y proyectos en el sector upstream, se ve agravada por la transición energética. La empresa enfrenta una deuda que asciende a 100 mil millones de dólares, la más alta del mundo en su sector. Este nivel de endeudamiento coloca a Pemex en una posición extremadamente vulnerable, especialmente en un escenario de reducción de la demanda de petróleo. A pesar del apoyo financiero del Gobierno, Pemex no ha logrado revertir significativamente la tendencia a la baja en su producción, lo que genera dudas sobre su capacidad para adaptarse a la nueva realidad del mercado energético.
Ante este panorama, es crucial que Pemex y el Gobierno mexicano tomen decisiones estratégicas para garantizar la sostenibilidad de la empresa, la estabilidad de las finanzas públicas y la seguridad energética del país. Las elecciones próximas en México representan una oportunidad para que los ciudadanos exijan a los líderes políticos comprometerse a abordar los retos de Pemex en el contexto de la transición energética y cumplir con las metas energéticas y de descarbonización del país.
El estudio del NRGI subraya que la transición energética no solo es necesaria, sino también urgente. Requiere respuestas oportunas y efectivas para garantizar un futuro sostenible para todos. La crisis climática global exige que se tomen medidas decisivas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y aumentar el uso de fuentes de energía más limpias y sostenibles. En este contexto, Pemex debe adaptarse rápidamente para no quedar rezagada en el nuevo paradigma energético mundial.