Organizaciones alertan sobre derrame de petróleo en Campeche tras explosión en plataforma de Pemex, exigen medidas urgentes y transparencia.
Organizaciones civiles han emitido una alerta sobre una fuga de petróleo cerca de la plataforma Akal-B de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Campeche, afectada por una explosión e incendio el 6 de abril pasado.
El derrame fue detectado en el Golfo de México usando imágenes de satélite.
Según un comunicado de estas organizaciones, el derrame comenzó aproximadamente el 22 de marzo y continuó hasta al menos el 9 de abril, sumando 18 días de fuga continua. Se estima que la mancha de petróleo cubre una superficie de al menos 390 kilómetros cuadrados, comparable al derrame ocurrido en julio del año anterior.
“Una vez más, tras una explosión en una plataforma de Pemex, descubrimos un derrame que no fue reportado por las autoridades”, señalan en el comunicado.
En respuesta, las organizaciones demandaron transparencia informativa, medidas de atención y mitigación, y garantías de que no se repetirá el incidente; también pidieron discutir sobre la seguridad de los empleados de Pemex, la seguridad de las comunidades aledañas a su infraestructura, el futuro de la empresa y su papel frente a la crisis climática.
Estos incidentes repetidos resaltan la urgente necesidad de dejar de extraer y quemar combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) en el país, afirman. “El evento del 6 de abril no debe verse como un simple accidente, sino como resultado de un sistema que compromete la seguridad de trabajadores, comunidades y el medio ambiente para la explotación de recursos fósiles”.
Tanto Pemex como las autoridades encargadas de la seguridad y conservación ambiental en estas operaciones, particularmente la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA), son responsables de mitigar estos hechos.
La ASEA, que regula y supervisa las actividades del sector hidrocarburos en seguridad industrial y protección ambiental, ha demostrado repetidamente su incapacidad para enfrentar las causas de estos incidentes y prevenir futuros desastres, aseveran.
Un aumento del 152% en la frecuencia de “accidentes” en Pemex en los últimos dos años, junto con una reducción del 49% en el presupuesto de mantenimiento, revela que se han priorizado decisiones administrativas que favorecen la extracción rápida de combustibles sobre la inversión en seguridad y mantenimiento, sostienen las organizaciones.
Demandan que las autoridades proporcionen detalles claros sobre el incidente en Akal-B, sus impactos y las acciones para evitar futuros incidentes. Asimismo, solicitan información sobre las medidas para abordar el derrame de petróleo detectado y mitigar sus efectos en los ecosistemas marinos, la salud humana y los medios de vida de las comunidades costeras.
Organizaciones alertan sobre derrame de petróleo en Campeche tras explosión en plataforma de Pemex, exigen medidas urgentes y transparencia.
Organizaciones civiles han emitido una alerta sobre una fuga de petróleo cerca de la plataforma Akal-B de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Campeche, afectada por una explosión e incendio el 6 de abril pasado.
El derrame fue detectado en el Golfo de México usando imágenes de satélite.
Según un comunicado de estas organizaciones, el derrame comenzó aproximadamente el 22 de marzo y continuó hasta al menos el 9 de abril, sumando 18 días de fuga continua. Se estima que la mancha de petróleo cubre una superficie de al menos 390 kilómetros cuadrados, comparable al derrame ocurrido en julio del año anterior.
“Una vez más, tras una explosión en una plataforma de Pemex, descubrimos un derrame que no fue reportado por las autoridades”, señalan en el comunicado.
En respuesta, las organizaciones demandaron transparencia informativa, medidas de atención y mitigación, y garantías de que no se repetirá el incidente; también pidieron discutir sobre la seguridad de los empleados de Pemex, la seguridad de las comunidades aledañas a su infraestructura, el futuro de la empresa y su papel frente a la crisis climática.
Estos incidentes repetidos resaltan la urgente necesidad de dejar de extraer y quemar combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) en el país, afirman. “El evento del 6 de abril no debe verse como un simple accidente, sino como resultado de un sistema que compromete la seguridad de trabajadores, comunidades y el medio ambiente para la explotación de recursos fósiles”.
Tanto Pemex como las autoridades encargadas de la seguridad y conservación ambiental en estas operaciones, particularmente la Agencia de Seguridad Energía y Ambiente (ASEA), son responsables de mitigar estos hechos.
La ASEA, que regula y supervisa las actividades del sector hidrocarburos en seguridad industrial y protección ambiental, ha demostrado repetidamente su incapacidad para enfrentar las causas de estos incidentes y prevenir futuros desastres, aseveran.
Un aumento del 152% en la frecuencia de “accidentes” en Pemex en los últimos dos años, junto con una reducción del 49% en el presupuesto de mantenimiento, revela que se han priorizado decisiones administrativas que favorecen la extracción rápida de combustibles sobre la inversión en seguridad y mantenimiento, sostienen las organizaciones.
Demandan que las autoridades proporcionen detalles claros sobre el incidente en Akal-B, sus impactos y las acciones para evitar futuros incidentes. Asimismo, solicitan información sobre las medidas para abordar el derrame de petróleo detectado y mitigar sus efectos en los ecosistemas marinos, la salud humana y los medios de vida de las comunidades costeras.