Pemex prevé impactos significativos en ingresos por la transición energética, enfrentando retos y oportunidades, con una reducción en la demanda de petrolíferos y políticas de sostenibilidad.
Petróleos Mexicanos (Pemex) anticipa “impactos potenciales significativos en sus ingresos” debido a la transición energética, según su “Informe de Riesgos Climáticos”. Este documento destaca que las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero presentan tanto desafíos como oportunidades para la petrolera.
Bajo el escenario Inflections, se prevé una reducción en la demanda de petrolíferos a partir de 2030, impulsada por políticas públicas y privadas que fomentan la electrificación del transporte. La demanda de crudo se estima entre 1.5 y 1.6 millones de barriles diarios, alcanzando su máximo a mediados de la próxima década.
El escenario Green Rules proyecta una disminución en la demanda debido a restricciones en el uso de vehículos de combustión interna y la reducción de subsidios a combustibles fósiles. El escenario Multi-Tech Mitigation contempla la implementación de tecnologías limpias en todos los sectores, afectando aún más la demanda de petrolíferos.
Pemex ha identificado varios riesgos financieros, incluyendo el aumento en la demanda de productos bajos en carbono, la reducción en la disponibilidad de capital para inversiones en el sector, y la alta volatilidad de los precios del petróleo y gas.
Según Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, en 2022 la empresa logró una reducción del 2.3% en emisiones de GEI respecto a 2021. Al tercer trimestre de 2023, las emisiones de CO2 alcanzaron 47.5 millones de toneladas métricas. Las emisiones de metano se redujeron en un 4.3% en 2022 en comparación con 2021, con un total de 14.0 millones de toneladas métricas de CO2 reportadas al tercer trimestre de 2023.
Romero Oropeza subrayó la necesidad de analizar y comprender la posición de Pemex en la transición hacia una economía más sostenible. La empresa busca aprovechar oportunidades a corto, mediano y largo plazo, incluyendo la diversificación de la producción de energéticos, la producción de biocombustibles, hidrógeno verde y el secuestro de carbono.