El Gobierno cubano enfrenta apagones prolongados y limita el suministro eléctrico, mientras impulsa la transición hacia energías renovables con ayuda de China y mejoras termoeléctricas.
El Gobierno cubano reconoció que no logró estabilizar su sistema eléctrico en los meses de julio y agosto, en medio de persistentes apagones diarios que afectan hasta el 45 % del país en momentos de alta demanda.
El primer ministro, Manuel Marrero, destacó que aunque no se alcanzó la estabilidad deseada, se evitaron mayores afectaciones gracias a las labores de mantenimiento y recuperación de las centrales termoeléctricas, muchas de las cuales tienen más de cuatro décadas de antigüedad y enfrentan averías constantes.
La situación crítica se debe principalmente a la escasez de combustible y la falta de inversiones y mantenimientos en la infraestructura energética. Marrero reiteró la voluntad del Gobierno de realizar una transición hacia energías renovables para reducir su dependencia de los combustibles fósiles.
Actualmente, Cuba consume 8 millones de toneladas de combustible al año, de las cuales solo produce 3 millones, mientras que el resto debe importarlo.
China, uno de los principales aliados políticos de Cuba, ha donado componentes y parques fotovoltaicos a la isla, como parte de un plan para instalar 92 parques solares con una potencia de 2,000 MW para 2028. Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, expresó su gratitud hacia Pekín y aseguró que aunque el camino hacia la transición energética es largo, se están logrando avances.
Los apagones, que han afectado la economía cubana y han sido detonantes de protestas antigubernamentales recientes, continúan siendo un desafío importante. El año pasado, la economía del país se contrajo un 1.9%, y los cortes de electricidad agravan la situación, provocando malestar social y afectando el rendimiento productivo.