Fitch Ratings señala que la mejora en la calificación de Pemex dependerá de resultados financieros tangibles, no de promesas, tras su conversión a empresa pública bajo nuevas leyes.
La calificadora Fitch Ratings ha indicado que cualquier mejora en la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) dependerá exclusivamente de los resultados financieros de la empresa, y no de los planes o promesas del gobierno.
Adriana Eraso, directora de Corporativos de Latinoamérica de Fitch Ratings, explicó que solo cuando se observen mejoras tangibles en la operación de Pemex, como en su flujo de efectivo, endeudamiento y rentabilidad, podría haber una revisión positiva en su calificación.
Actualmente, Pemex cuenta con una calificación de “B+” en incumplimiento a largo plazo, lo que se considera grado especulativo, aunque su perspectiva mejoró de negativa a estable gracias al apoyo del gobierno federal reflejado en el presupuesto de 2023.
Fitch planteó escenarios en los que la calificación de Pemex podría subir, pero subrayó que un cambio significativo dependerá de cómo se ejecuten las leyes secundarias relacionadas con la reciente reforma que devuelve a Pemex su carácter de empresa pública.
Fitch también señaló que, si el gobierno garantiza más del 75% de la deuda de Pemex, su calificación podría mejorar hasta ‘BBB-’, lo que la colocaría en grado de inversión. Sin embargo, Eraso reconoció que este escenario es remoto y dependerá de las políticas que se implementen a partir de la reforma.
Pemex, una de las petroleras más endeudadas del mundo, enfrenta un panorama complicado, ya que recortes recientes a su presupuesto, de 26.8 mil millones de pesos en exploración y producción, podrían afectar su desempeño financiero. El perfil crediticio individual de la empresa actualmente está calificado en “CCC-“.