Previo a la Ronda 2.4, que llevará a cabo la Comisión Nacional de Hidrocarburos el 31 de enero, la firma de abogados Gardere, Arena y Asociados identifica con una ventaja competitiva a las petroleras Shell, Chevron y BP, en la que será la oferta más agresiva hasta la fecha de campos petroleros mexicanos.
El Gobierno de México ha programado la adjudicación en 30 bloques, de los cuales nueve están en el área del Cinturón Plegado Perdido, diez en Cordilleras Mexicanas, diez en la Cuenca Salina y uno en la Plataforma de Yucatán. De acuerdo con la Secretaría de Energía, si tan sólo se licitara el 25% de estos campos, se esperarían inversiones por 31 mil 500 millones de dólares durante los 50 años de vigencia de los contratos.
“Los bloques más atractivos para las empresas operadoras que participarán serán los nueve que están en el Cinturón Plegado Perdido, al sur de la frontera marítima de Estados Unidos y a unos kilómetros de la costa tamaulipeca en el Golfo de México”, asegura Daniel Aranda, abogado y socio del despacho especializado en temas de energía.
“Actualmente, Shell, Chevron y BP realizan explotación en aguas profundas del Golfo de México en el lado estadounidense. Esto les da una ventaja competitiva ante otras petroleras, porque ya cuentan con infraestructura que pueden trasladar unos cuantos kilómetros hacia México y reducir así sus costos”, señaló Aranda.
Hasta hoy se han inscrito 16 empresas como operadores y 13 como no operadores para participar en la licitación. Entre ellas figuran petroleras que ya cuentan con licitaciones en México como BHP Billiton, BP, Chevron, China Offshore Oil Corporation, ENI y Exxon, lo que habla de un interés inédito entre los inversionistas.
“Hablamos de grandes petroleras que no tenían presencia en México antes de la Reforma Energética. Estas tienen la capacidad económica y tecnológica para llevar a cabo la exploración y explotación en aguas profundas, además de inversiones significativamente mayores a las de otras rondas”, explica el socio de la firma de abogados más acreditadas en el suroeste de EEUU con operaciones en México.
Roberto Arena, Socio Director de Gardere, Arena y Asociados, advierte que los resultados de la Ronda 2.4 van a permitir saber cómo perciben los inversionistas el riesgo país de México en una coyuntura nacional marcada por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el panorama electoral de este año.
“El gran reto de la Ronda 2.4 es que la inversión en aguas profundas implica una recuperación de muchos años. Es natural una preocupación ante el panorama político en México combinado con los efectos de un posible término del TLCAN”, asegura.
Sin embargo, considera Roberto Arena que aunque hay incertidumbre de carácter político, desde una perspectiva de certeza jurídica, estas adjudicaciones y las inversiones que las acompañen están plenamente protegidas. Esto como consecuencia de los tratados internacionales que ha firmado México para la protección de inversiones.
“La competitividad de estas licitaciones se ha comprobado desde la Ronda 1.4, en diciembre de 2016. El marco regulatorio para exploración de aguas profundas está acoplado al marco internacional y los riesgos aceptados en la industria, además de que el Gobierno se ha mostrado sensible a sus inquietudes. Es previsible que la Ronda 2.4 supere el éxito logrado hace dos años”, estima Arena.
Previo a la Ronda 2.4, que llevará a cabo la Comisión Nacional de Hidrocarburos el 31 de enero, la firma de abogados Gardere, Arena y Asociados identifica con una ventaja competitiva a las petroleras Shell, Chevron y BP, en la que será la oferta más agresiva hasta la fecha de campos petroleros mexicanos.
El Gobierno de México ha programado la adjudicación en 30 bloques, de los cuales nueve están en el área del Cinturón Plegado Perdido, diez en Cordilleras Mexicanas, diez en la Cuenca Salina y uno en la Plataforma de Yucatán. De acuerdo con la Secretaría de Energía, si tan sólo se licitara el 25% de estos campos, se esperarían inversiones por 31 mil 500 millones de dólares durante los 50 años de vigencia de los contratos.
“Los bloques más atractivos para las empresas operadoras que participarán serán los nueve que están en el Cinturón Plegado Perdido, al sur de la frontera marítima de Estados Unidos y a unos kilómetros de la costa tamaulipeca en el Golfo de México”, asegura Daniel Aranda, abogado y socio del despacho especializado en temas de energía.
“Actualmente, Shell, Chevron y BP realizan explotación en aguas profundas del Golfo de México en el lado estadounidense. Esto les da una ventaja competitiva ante otras petroleras, porque ya cuentan con infraestructura que pueden trasladar unos cuantos kilómetros hacia México y reducir así sus costos”, señaló Aranda.
Hasta hoy se han inscrito 16 empresas como operadores y 13 como no operadores para participar en la licitación. Entre ellas figuran petroleras que ya cuentan con licitaciones en México como BHP Billiton, BP, Chevron, China Offshore Oil Corporation, ENI y Exxon, lo que habla de un interés inédito entre los inversionistas.
“Hablamos de grandes petroleras que no tenían presencia en México antes de la Reforma Energética. Estas tienen la capacidad económica y tecnológica para llevar a cabo la exploración y explotación en aguas profundas, además de inversiones significativamente mayores a las de otras rondas”, explica el socio de la firma de abogados más acreditadas en el suroeste de EEUU con operaciones en México.
Roberto Arena, Socio Director de Gardere, Arena y Asociados, advierte que los resultados de la Ronda 2.4 van a permitir saber cómo perciben los inversionistas el riesgo país de México en una coyuntura nacional marcada por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el panorama electoral de este año.
“El gran reto de la Ronda 2.4 es que la inversión en aguas profundas implica una recuperación de muchos años. Es natural una preocupación ante el panorama político en México combinado con los efectos de un posible término del TLCAN”, asegura.
Sin embargo, considera Roberto Arena que aunque hay incertidumbre de carácter político, desde una perspectiva de certeza jurídica, estas adjudicaciones y las inversiones que las acompañen están plenamente protegidas. Esto como consecuencia de los tratados internacionales que ha firmado México para la protección de inversiones.
“La competitividad de estas licitaciones se ha comprobado desde la Ronda 1.4, en diciembre de 2016. El marco regulatorio para exploración de aguas profundas está acoplado al marco internacional y los riesgos aceptados en la industria, además de que el Gobierno se ha mostrado sensible a sus inquietudes. Es previsible que la Ronda 2.4 supere el éxito logrado hace dos años”, estima Arena.