Cumplir 80 años no es fácil, incluso cuando se goza de cabal salud, pero si además se carga con una serie de males crónicos y achaques, peor todavía. Es el caso de Pemex, que está cumpliendo ocho décadas de vida, pero no en las mejores condiciones. Por el contrario, la empresa productiva del Estado llega a este aniversario muy golpeada en su orgullo, con grandes pérdidas económicas, sin un proyecto de negocios claro y con la llegada de alta competencia por la llegada de las grandes firmas mundiales del sector energético.
El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos Treviño, aseguró en diciembre pasado a los medios de comunicación que la petrolera cerraría el año con finanzas estables, a pesar de todos los pronósticos, y así, cumplir con la meta de déficit fiscal comprometida para 2017, de 94 mil millones de pesos (mdp). “Hemos logrado reducir sustancialmente el déficit mediante disciplina presupuestal y esperamos bajarlo aún más en 2018, a 79 mil mdp”.
Detalló que en 2016 la parte de refinación reportó pérdidas ligeramente superiores a 100 mil mdp, y si se cumplía la meta de 2017 de bajarlas a 50%, “sería algo excepcional”. Agregó que durante el primer trimestre de 2018 se verá reflejado el trabajo de mantenimiento que se realizó a 19 plantas que conforman el Sistema Nacional de Refinación, en el afán de recuperar la capacidad de procesamiento de un millón de barriles de petróleo crudo y aumentar en 20% la eficiencia de los complejos que tuvieron mantenimiento.
Con ello, Treviño resaltó, a diferencia de lo que se observó en 2017, cuando por cada barril de petróleo se obtenía 48% de destilados (que incluye gasolinas y diésel), en 2018 la proporción subirá a 60 por ciento.
El huachicol, un gran lastre
Otro lastre de la empresa. En 2016 Pemex perdió poco más de 58 millones 900 mil pesos al día por el robo de combustible -huachicol- en todo el país, de acuerdo con una presentación de la propia empresa productiva del Estado.
Según un documento, presentado a las secretarías de Hacienda, Marina, Defensa Nacional, Gobernación, Energía y la PGR, el robo de combustible registrado en 2016 “fue como haber perdido 26 mil barriles diarios y al 2% de las ventas totales de Pemex en dicho año, que equivaldrían a poco más de 21,500 mdp”.
Para tener un punto de comparación, el documento destaca que en 2005 el robo de combustible equivalía apenas a 810 mil barriles al año, sin embargo, a partir de 2011 el ritmo se fue incrementando hasta llegar a la cifra histórica de 2016.
Una empresa productiva disciplinada
En diciembre pasado Treviño adelantó que en 2018 Pemex simplificaría los procesos de farmouts (asociaciones) y culminó con la frase: “Estamos decididos a seguir aprovechando la Reforma Energética y a mantener la disciplina en el manejo de los recursos”.
Por si fuera poco, Pemex ha tenido que enfrentar la feroz competencia de las firmas globales del sector energético que han venido llegando en los últimos tres años, muchas de las cuales están compitiendo en varias canchas, aunque la más visible es la de comercialización de gasolinas, con estaciones de servicio nuevas, excelente servicio y valores añadidos como la aditivación de combustibles, más medios de pago y programas de lealtad, entre otros.
Un breve recuento histórico
- El 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río expropió las instalaciones de las empresas petroleras extranjeras.
- El 7 de junio de 1938, mediante un Decreto Presidencial, se creó Pemex, como la única empresa petrolera del país, a la cual se le otorgaron todas las facultades necesarias para realizar todos los trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización del petróleo en México.
- En 1958 se promulgó la Ley del Petróleo (Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo) en la que se definió por primera vez las funciones que desarrollaría Pemex y separa la petroquímica básica y secundaria.
- Durante su Informe de Gobierno, pronunciado en 1977, el entonces presidente José López Portillo expresó la famosa frase: “Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia”, al referirse a las ganancias obtenidas por la explotación de petróleo, luego del descubrimiento de Cantarell.
Cumplir 80 años no es fácil, incluso cuando se goza de cabal salud, pero si además se carga con una serie de males crónicos y achaques, peor todavía. Es el caso de Pemex, que está cumpliendo ocho décadas de vida, pero no en las mejores condiciones. Por el contrario, la empresa productiva del Estado llega a este aniversario muy golpeada en su orgullo, con grandes pérdidas económicas, sin un proyecto de negocios claro y con la llegada de alta competencia por la llegada de las grandes firmas mundiales del sector energético.
El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Carlos Treviño, aseguró en diciembre pasado a los medios de comunicación que la petrolera cerraría el año con finanzas estables, a pesar de todos los pronósticos, y así, cumplir con la meta de déficit fiscal comprometida para 2017, de 94 mil millones de pesos (mdp). “Hemos logrado reducir sustancialmente el déficit mediante disciplina presupuestal y esperamos bajarlo aún más en 2018, a 79 mil mdp”.
Detalló que en 2016 la parte de refinación reportó pérdidas ligeramente superiores a 100 mil mdp, y si se cumplía la meta de 2017 de bajarlas a 50%, “sería algo excepcional”. Agregó que durante el primer trimestre de 2018 se verá reflejado el trabajo de mantenimiento que se realizó a 19 plantas que conforman el Sistema Nacional de Refinación, en el afán de recuperar la capacidad de procesamiento de un millón de barriles de petróleo crudo y aumentar en 20% la eficiencia de los complejos que tuvieron mantenimiento.
Con ello, Treviño resaltó, a diferencia de lo que se observó en 2017, cuando por cada barril de petróleo se obtenía 48% de destilados (que incluye gasolinas y diésel), en 2018 la proporción subirá a 60 por ciento.
El huachicol, un gran lastre
Otro lastre de la empresa. En 2016 Pemex perdió poco más de 58 millones 900 mil pesos al día por el robo de combustible -huachicol- en todo el país, de acuerdo con una presentación de la propia empresa productiva del Estado.
Según un documento, presentado a las secretarías de Hacienda, Marina, Defensa Nacional, Gobernación, Energía y la PGR, el robo de combustible registrado en 2016 “fue como haber perdido 26 mil barriles diarios y al 2% de las ventas totales de Pemex en dicho año, que equivaldrían a poco más de 21,500 mdp”.
Para tener un punto de comparación, el documento destaca que en 2005 el robo de combustible equivalía apenas a 810 mil barriles al año, sin embargo, a partir de 2011 el ritmo se fue incrementando hasta llegar a la cifra histórica de 2016.
Una empresa productiva disciplinada
En diciembre pasado Treviño adelantó que en 2018 Pemex simplificaría los procesos de farmouts (asociaciones) y culminó con la frase: “Estamos decididos a seguir aprovechando la Reforma Energética y a mantener la disciplina en el manejo de los recursos”.
Por si fuera poco, Pemex ha tenido que enfrentar la feroz competencia de las firmas globales del sector energético que han venido llegando en los últimos tres años, muchas de las cuales están compitiendo en varias canchas, aunque la más visible es la de comercialización de gasolinas, con estaciones de servicio nuevas, excelente servicio y valores añadidos como la aditivación de combustibles, más medios de pago y programas de lealtad, entre otros.
Un breve recuento histórico
- El 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río expropió las instalaciones de las empresas petroleras extranjeras.
- El 7 de junio de 1938, mediante un Decreto Presidencial, se creó Pemex, como la única empresa petrolera del país, a la cual se le otorgaron todas las facultades necesarias para realizar todos los trabajos de exploración, explotación, refinación y comercialización del petróleo en México.
- En 1958 se promulgó la Ley del Petróleo (Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo) en la que se definió por primera vez las funciones que desarrollaría Pemex y separa la petroquímica básica y secundaria.
- Durante su Informe de Gobierno, pronunciado en 1977, el entonces presidente José López Portillo expresó la famosa frase: “Tenemos que acostumbrarnos a administrar la abundancia”, al referirse a las ganancias obtenidas por la explotación de petróleo, luego del descubrimiento de Cantarell.