Por: Jorge Arturo Castillo
En enero de 2015, el presidente Enrique Peña Nieto aseguró en su cuenta de Twitter que con otra de las reformas que impulsó, la hacendaria, no habría más gasolinazos, como se llama de forma coloquial las alzas en los precios de ese combustible: “@EPN Gracias a la Reforma Hacendaria, por 1era. vez en 5 años, ya no habrá incrementos mensuales a los precios de la gasolina, diésel y gas LP”.
No obstante, la realidad ha sido otra. De hecho, en 2017, el año de la liberalización de los precios de las gasolinas, México fue el segundo país de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con más incrementos en los costos de los energéticos, con un aumento inflacionario de 16.2%, sólo debajo de Turquía (con 11.9%), según datos del Índice de Precios al Consumidor de la OCDE presentados en diciembre pasado.
Entre 2010 y 2017, los ingresos petroleros tuvieron una caída de 6.8% promedio anual, al pasar de 1 billón 026 mil millones de pesos (mdp) en 2010, a 835,602 mdp en 2017, según datos del Centro de Estudios en Finanzas Públicas (CEFP).
En los primeros días de 2018, los empresarios gasolineros anunciaron un alza en los precios a causa de del incremento de 6.9% al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). En el Valle de México, los precios aumentaron entre 39 centavos y un peso por litro respecto a diciembre.
Mayores estímulos fiscales
En la primera semana de este 2018, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aumentó 54% el estímulo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), con respecto a la última semana de 2017, de 275 mdp diarios.
Lo cierto es que el IEPS que recauda la SHCP por la venta de gasolinas Magna, Premium y diésel ha aumentado en los últimos tres años. Se ha observado un incremento significativo de los estímulos fiscales por parte de la SHCP para moderar las presiones al alza en los precios finales de los combustibles.
Los analistas del sector coinciden en que la apertura del sector energético era necesaria, como se ha reiterado con insistencia todo este sexenio, pero el gobierno federal hizo una promesa que no podía cumplir. Los expertos explican que no había manera de que los precios bajaran sólo con la apertura del sector; más bien al contrario, cuando se libera un mercado y ha habido todo un rezago e ineficiencias en ese mercado, las cosas tienden a subir por un tiempo.
Y es que durante los años de bonanza en el precio del barril de petróleo hubo una fuerte desinversión en Petróleos Mexicanos (Pemex), que derivó a su vez, en el declive del sistema de refinación; con ello aumentó la dependencia por la importación de gasolinas, sobre todo de Estados Unidos, que está sujeta al tipo de cambio porque se comercializa en dólares.
Un mercado poco eficiente y competitivo
Según datos públicos de Pemex, en noviembre de 2017 se importó 78.3% de las gasolinas que se vendió en el país, es decir, 637.2 mil barriles diarios. Esta cifra representa 14.5% más de lo que importaba en enero del mismo año.
El crecimiento de las importaciones de gasolinas, aunado a la corrupción y mala administración en Pemex, crearon en México un mercado poco eficiente y competitivo, el cual se vio afectado en 2014 por la caída de los precios del petróleo, después de que se promulgó la Reforma Energética.
La alta dependencia a la importaciones y la reducción en el precio del petróleo, puso a México en una situación financiera complicada por la caída de los ingresos petroleros. La reducción de los ingresos del gobierno se ha tratado de sustituir con un impuesto progresivo -paga más quien más consume, pero la administración federal cometió el error de haberlo prometido.
La corrupción es otro factor. El robo de gasolina de los huachicoleros, que ha puesto en jaque a la petrolera nacional, y los casos de escándalos de corrupción, como el de Odebrecht ensombrecen el panorama, además de los altos pasivos en Pemex.
Gasolinas al alza
Las alzas por combustible fueron de 57% para la gasolina Magna, así como de 1,344% para la Premium. Según decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el estímulo fiscal del diésel subió 34.92 por ciento.
Recordemos que desde el 30 de noviembre de 2017, los precios al público de las gasolinas y el diésel son determinados por cada estación de servicio del país, sin que exista un precio máximo o un precio único determinado por el gobierno federal.
Pemex ha dicho en diversos foros que como parte del proceso de transición en la apertura del mercado de combustibles, durante 2018 se amortiguarán las variaciones en los precios internacionales de los combustibles.
El esquema de estímulos semanales al IEPS ha operado desde febrero de 2017, un mes después de que una alza desproporcionada de los combustibles provocaron una ola de saqueos en todo el país, de lo cual dimos cuenta en las páginas de Oil & Gas Magazine.
Sin precios artificiales
La estrategia fiscal lanzada por la SHCP contrasta con el discurso oficial de la administración peñanietista, quien el 6 de enero de 2017 informó que no mantendría un precio artificial de los combustibles, y que por eso se daban esos aumentos desproporcionados.
A decir de Pemex y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en diciembre de 2016 el precio promedio del combustible era de 14.4 pesos por litro. Para el 2 de enero de este año ese valor fue de 17 pesos. En el mismo lapso, el precio del petróleo creció 17 por ciento.
La CRE ha informado que tras la liberación del precio de las gasolinas no ha habido alzas abruptas. En el caso de la región centro del país, la última en liberar su precio, la CRE ha registrado un aumento promedio de 20 centavos en las gasolinas desde el 30 de noviembre, lo que equivale a ocho pesos más por cada tanque de combustible.
La atenuación de la SHCP
Sobre este tema, Roberto Díaz de León, presidente de Onexpo Nacional, expresó que el empresario gasolinero ya ha visto cuál es el margen real que obtendrá para competir de manera eficiente y rentable, y ésta es una de las razones por las cuales no ha habido incrementos pronunciados.
Resaltó como favorable la atenuación que mantiene la SHCP para este 2018, que impide alzas abruptas en el precio final. Para el presidente de los gasolineros esta medida “da certidumbre al mercado y a los consumidores”, de que no habrá un desfase importante en los precios.
Algo que evitaría el esquema que tiene SHCP es lo que sucedió en las gasolineras de la costa del Golfo de México en Estados Unidos, tras el paso del huracán Harvey. En apenas dos semanas el precio del combustible subió 16% para los consumidores, un alza que con la política de atenuación de la SHCP se distribuiría en el tiempo.