Por: Breno Wottrich, director Corporativo de Desarrollo de Negocio de Prodiel
En México, el objetivo para 2020 es claro, lograr un modelo energético integral y sostenible con el medioambiente. En el camino será fundamental lograr que el 35% de la electricidad del país sea generada a través de fuentes renovables en los próximos cuatro años. Y para llegar a ese objetivo es indispensable un adecuado impulso por parte del gobierno, y de la continua inversión de la iniciativa privada para la construcción de nuevos proyectos de energía limpia.
México, por ejemplo, cuenta con un excelente potencial solar en el 85% de su territorio y, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), la capacidad instalada tuvo un crecimiento del 62% al cierre del 2019, con respecto al año anterior, sumando más de 5 mil megawatts a través de 63 centrales solares, por lo que la energía solar se apunta como una alternativa para disminuir la dependencia de combustibles fósiles y para apostar en nuevas herramientas que eficienticen la energía generada a través del sol.
Debido a lo anterior, es de esperarse que este 2020 la tendencia de crecimiento exponencial se mantenga, sin embargo, las centrales deberán contar con las herramientas necesarias que les permitan ser más eficaces, como, por ejemplo:
- Uso de paneles bifaciales: la tecnología bifacial ya ha comenzado a implementarse en proyectos fotovoltaicos a gran escala y está en camino de convertirse en una tecnología común para las centrales solares, ya que captan un 50% más de energía, debido a que están diseñados para absorber luz por ambas caras, aprovechando la radicación directa y también la reflejada. Se prevé que pueda llegar a representar más del 35% de los módulos para 2028, según la hoja de ruta International Technology Roadmap for Photovoltaics.
- Almacenamiento de energía: las baterías son un componente importante en cualquier instalación de energía fotovoltaica, ya que éstas son las que se encargarán de almacenar la energía para que pueda ser utilizada durante la noche o durante periodos prolongados de mal tiempo en los que no se tenga suficiente radicación solar. Además, las baterías también son las encargadas de suministrar una intensidad de corriente superior a la que recibe el panel para mejorar su rendimiento.
- Inteligencia Artificial & Big Data: a lo largo del día y a través de las estaciones del año, la posición del sol y las condiciones atmosféricas cambian, y esto hace que la luz que llega a los paneles tenga características diferentes. Por ejemplo, a mediodía la luz es más “azul”, mientras que por la tarde es más “roja”. En este sentido, los conjuntos de datos con miles de espectros solares pueden reducirse a unos pocos datos característicos utilizando técnicas de inteligencia artificial para predecir la eficiencia promedio anual.
La energía solar se está volviendo altamente competitiva y figura entre las fuentes de energía más asequibles a escala mundial, sin embargo, las tendencias facilitadoras tienen aún mucho potencial y recorrido. Su integración se optimiza con mucha rapidez en un contexto en que las nuevas tecnologías brindan mayor eficiencia y capacidad.
Por: Breno Wottrich, director Corporativo de Desarrollo de Negocio de Prodiel
En México, el objetivo para 2020 es claro, lograr un modelo energético integral y sostenible con el medioambiente. En el camino será fundamental lograr que el 35% de la electricidad del país sea generada a través de fuentes renovables en los próximos cuatro años. Y para llegar a ese objetivo es indispensable un adecuado impulso por parte del gobierno, y de la continua inversión de la iniciativa privada para la construcción de nuevos proyectos de energía limpia.
México, por ejemplo, cuenta con un excelente potencial solar en el 85% de su territorio y, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), la capacidad instalada tuvo un crecimiento del 62% al cierre del 2019, con respecto al año anterior, sumando más de 5 mil megawatts a través de 63 centrales solares, por lo que la energía solar se apunta como una alternativa para disminuir la dependencia de combustibles fósiles y para apostar en nuevas herramientas que eficienticen la energía generada a través del sol.
Debido a lo anterior, es de esperarse que este 2020 la tendencia de crecimiento exponencial se mantenga, sin embargo, las centrales deberán contar con las herramientas necesarias que les permitan ser más eficaces, como, por ejemplo:
- Uso de paneles bifaciales: la tecnología bifacial ya ha comenzado a implementarse en proyectos fotovoltaicos a gran escala y está en camino de convertirse en una tecnología común para las centrales solares, ya que captan un 50% más de energía, debido a que están diseñados para absorber luz por ambas caras, aprovechando la radicación directa y también la reflejada. Se prevé que pueda llegar a representar más del 35% de los módulos para 2028, según la hoja de ruta International Technology Roadmap for Photovoltaics.
- Almacenamiento de energía: las baterías son un componente importante en cualquier instalación de energía fotovoltaica, ya que éstas son las que se encargarán de almacenar la energía para que pueda ser utilizada durante la noche o durante periodos prolongados de mal tiempo en los que no se tenga suficiente radicación solar. Además, las baterías también son las encargadas de suministrar una intensidad de corriente superior a la que recibe el panel para mejorar su rendimiento.
- Inteligencia Artificial & Big Data: a lo largo del día y a través de las estaciones del año, la posición del sol y las condiciones atmosféricas cambian, y esto hace que la luz que llega a los paneles tenga características diferentes. Por ejemplo, a mediodía la luz es más “azul”, mientras que por la tarde es más “roja”. En este sentido, los conjuntos de datos con miles de espectros solares pueden reducirse a unos pocos datos característicos utilizando técnicas de inteligencia artificial para predecir la eficiencia promedio anual.
La energía solar se está volviendo altamente competitiva y figura entre las fuentes de energía más asequibles a escala mundial, sin embargo, las tendencias facilitadoras tienen aún mucho potencial y recorrido. Su integración se optimiza con mucha rapidez en un contexto en que las nuevas tecnologías brindan mayor eficiencia y capacidad.