La fuga de gas e incendio de un ducto submarino de Pemex pone en duda la capacidad de operación de la empresa productiva del estado.
La fuga de gas y posterior incendio de un ducto submarino operado por Petróleos Mexicanos (Pemex) en el complejo Ku Maloob Zaap, el de mayor producción en el país, provoca dudas sobre la capacidad de operación de la empresa productiva del estado, así como de la viabilidad del modelo energético del Gobierno Federal.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha centrado su política energética en la soberania energética del país a través del fortalecimiento de sus empresa productivas del estado.
Intentado que estas empresas realicen la mayor cantidad de tareas en la cadena de valor, sin considerar su verdadera capacidad de operación, debido a las limitaciones financieras y tecnológicas.
Actualmente, Pemex enfrenta su peor crisis financiera en su historia convertiendola en la empresa petrolera más endeudada del mundo, con pasivos por 113 mil 900 millones de dólares.
La falta de recursos ha provocado que la empresa deje de lado el mantenimeinto en sus instalaciones.
“Insistir en un modelo de desarrollo económico que se funda en el aprovechamiento de combustibles fósiles nos deja a merced de este tipo de accidentes”, dijo este domingo a Efe el director de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani.
“Es una política anquilosada en el pasado. Entiendo que el presidente quiera fortalecer la soberanía del país, pero la seguridad energética se puede alcanzar con fuentes renovables de energía”, sostuvo el director de Greenpeace México.