El marco legal vigente y el marco legal futuro -en caso de aprobarse la iniciativa- tienen áreas de oportunidad en ambos sentidos, mismas que deben ser analizadas de manera objetiva por los partidos de oposición para afinar la propuesta definitiva con base al mejor escenario para el futuro energético de nuestro país (incluyendo obviamente el tema de las energías renovables en la matriz de generación para alcanzar el 35% en el 2024)
El fútbol es el deporte más popular del mundo por una razón muy sencilla: cualquier ser humano lo puede practicar sin importar su raza, su religión, su sexo, su afiliación política, su complexión física o su estatus social. A diferencia de otros deportes, para jugar futbol basta encontrar un par de árboles (o en su defecto un par de piedras), tener una pelota (o algo similar como un bote vacío o algo que se le asemeje) y encontrar un amigo (u otros 10 para conformar un equipo completo) con quien poder iniciar un partido.
Recientemente se presentó una iniciativa por parte del actual gobierno para reformar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de nuestro país en materia energética. Coloquialmente se le conoce como una “contrarreforma”, porque revierte gran parte de lo que se estableció el 20 de diciembre de 2013 -con la administración anterior- mediante la denominada Reforma Energética.
Buscando ser objetivos, sin incluir tintes políticos y sin hablar de reformas y contrarreformas -que pueden ser denominaciones atractivas con fines electorales-, yo prefiero compartirles algunas reflexiones respecto al marco legal vigente y al marco legal futuro en caso de aprobarse la iniciativa de ley en cuestión.
La oposición tendrá un papel primordial
Primero que nada, vale la pena recordar que se necesita la aprobación de 2/3 partes en ambas cámaras y de al menos el 51% de las legislaturas estatales, para que la iniciativa surta efectos y modifique nuestra Constitución. Actualmente, el partido gobernante no cuenta con dichos porcentajes, por lo cual los partidos de la oposición jugarán un papel sumamente importante en la decisión final que se tome para el futuro energético de nuestro país.
Me enfoco en el sector eléctrico y en las funciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ya que son las áreas en las que mayor impacto tiene esta iniciativa de ley. Primero que nada, hay que recordar que una empresa productiva del Estado tiene como uno de sus objetivos generar valor y rentabilidad para el Estado como su único accionista ¿si CFE deja de serlo, entonces también dejará de ser rentable para el gobierno y cada vez requerirá de mayores subsidios por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)?
Asimismo, el marco legal vigente establece que las actividades de transmisión y distribución son exclusivas del Estado -es decir, solamente CFE las puede realizar – y hay que resaltar que en los últimos años las empresas subsidiarias encargadas de estas 2 áreas estratégicas han registrado utilidades para el corporativo de la CFE ¿si se dispone de eliminar la separación de la CFE en subsidiarias y filiales -volver a tener una empresa verticalmente integrada-, las ganancias en los sectores de transmisión y distribución volverán a subsidiar las pérdidas que se presenten en generación y suministro?
Al final, el juego sigue siendo el mismo
Volviendo a la universalidad del fútbol, los esquemas de juego han cambiado a lo largo de los años, pero el objetivo sigue siendo el mismo: anotar al menos un gol más que tu rival para derrotarlo. Considerando que el primer mundial se celebró en Uruguay en 1930 -hace más de 90 años- y el último en Rusia en 2018 ¿si bien muchas reglas han cambiado en este lapso, el equipo que es campeón de cada justa mundialista es recordado para la posteridad o la subjetividad de las modificaciones al reglamento de competencia -el uso del VAR, por ejemplo- le resta mérito al mejor equipo de cada mundial?
Hay un par de párrafos de la iniciativa de ley que cito textualmente por su relevancia: “Se constituye al Estado en el responsable del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) a través de la CFE y la CFE generará al menos el 54% de la energía eléctrica que requiere el país. El sector privado participará hasta en el 46% de la generación”.
En ambos casos pareciera que la modificación propuesta se presenta con cierta subjetividad en comparación con el marco legal vigente ¿si el Estado siempre ha sido el responsable del SEN, es necesario especificar que la entidad responsable debe ser exclusivamente la CFE? ¿si hoy la CFE genera el 38% y los privados el 62%, los nuevos porcentajes de 54 y 46 respectivamente tienen algún fundamento técnico que sea sostenible en el largo plazo con las restricciones presupuestales que seguirá enfrentando la CFE?
Con áreas de oportunidad
El marco legal vigente y el marco legal futuro -en caso de aprobarse la iniciativa- tienen áreas de oportunidad en ambos sentidos, mismas que deben ser analizadas de manera objetiva por los partidos de oposición para afinar la propuesta definitiva con base al mejor escenario para el futuro energético de nuestro país (incluyendo obviamente el tema de las energías renovables en la matriz de generación para alcanzar el 35% en el 2024).
Más allá de las modificaciones que se han realizado al reglamento del fútbol por parte de la FIFA en los últimos 90 años, los equipos nos han demostrado que el balón sigue rodando a pesar de que el marco legal del deporte más popular del mundo ha cambiado.
¿Qué pasará, qué misterio habrá?
La “garra” charrúa que hizo bicampeón del mundo a Uruguay, el “catenaccio” italiano que los ha hecho cuatro veces monarcas del orbe, el “jogo bonito” (incluidos tres títulos mundiales de Pele) de los pentacampeones brasileños, los bicampeones argentinos de la “mano de Dios” con Maradona, los alemanes “jugando como equipo” con cuatro títulos y la Francia “multicultural” que también ha sido campeón del mundo en dos ocasiones (incluida la más reciente en Rusia 2018) son ejemplos de que los campeonatos quedan para la historia sin importar los cambios al reglamento que han sido necesarios para actualizar la competencia.
¿Podrán el marco legal vigente y el marco legal futuro conjugarse en beneficio de todos los mexicanos para satisfacer las necesidades energéticas y financieras de nuestro país?