Alemania ha intensificado sus esfuerzos para reducir su exposición a las importaciones energéticas rusas tras la invasión a Ucrania el 24 de febrero.
Alemania, la mayor economía de la Unión Europea (UE) y el mayor mercado petrolero del continente, tiene como objetivo reducir a la mitad su dependencia del petróleo ruso para el verano y acabar con ella por completo a finales de este año.
Algunas de sus refinerías, como una en Schwedt controlada por Rosneft y Leuna de TotalEnergies, dependen del suministro de crudo ruso a través del oleoducto Druzhba.
El procesamiento de estados dos refinerías se ajusta a la perfección con el alto contenido de azufre del petróleo ruso, por lo que cambiar ese procedimiento para procesar petróleo de otra calidad es un cambio costoso.
“Si la refinería de Schwedt no recibe petróleo desde Rusia, buena parte del este de Alemania dejará de funcionar”, dijo una fuente al diario Handelsblatt hace unos días.
Otras, como Miro, también propiedad parcial de Rosneft, reciben crudo a través del oleoducto Transalpine, que comienza en el puerto mediterráneo de Trieste.
Mientras que Shell, opera la refinería de Rheinland y BP la de Gelsenkirchen, las cuales obtienen crudo a través del puerto de Róterdam, las cuales tienen mayor facilidad de importar petróleo de otras partes del mundo.
Las 10 refinerías más grandes del país pueden procesar 2.1 millones de barriles por día o 104 millones de toneladas por año de petróleo crudo.
Las importaciones de petróleo crudo ruso de Alemania ya han caído al 25% del total, frente al 35% antes de la invasión, dijo el 25 de marzo el ministro de Economía, Robert Habeck.
En caso de que la importación se detenga antes, Alemania tiene una reserva nacional que se creó hace 50 años, precisamente ante la crisis del crudo de los setenta.
Según un documento del Ministerio de Economía, el país podría aguantar 200 días sin petróleo ruso. Sin embargo, el documento también menciona que en la planificación no se incluyeron factores como la calidad del crudo y las opciones de transporte.
Alemania ha intensificado sus esfuerzos para reducir su exposición a las importaciones energéticas rusas tras la invasión a Ucrania el 24 de febrero.