La capacidad solar y eólica del país tienen el potencial para generar 137 y 15 veces, respectivamente, la demanda total de energía de México para el 2024.
Juan Carlos Machorro, socio a cargo de la práctica transaccional y experto en materia energética de la firma legal Santamarina y Steta destacó diversos informes y estudios que describen la enorme oportunidad de México de ser una potencia global en energías limpias, mientras gana posiciones como país contaminador de la región de América Latina. “Varios analistas serios demuestran que dicha pérdida es para el sureste del país, que está ávido de desarrollo, crecimiento, empleo e inversiones en infraestructura. El futuro de las energías renovables está en la agenda mundial y debe ser ajeno a agendas políticas locales de corto plazo y a de inmediatez electoral”, señaló.
El experto citó al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el cual señaló en un estudio reciente que en un contexto de transición se vuelve necesario incrementar el peso relativo de la energía eléctrica generada a partir de fuentes con baja huella de carbono en la matriz energética de los países y su consecuente reducción del consumo de combustibles fósiles. Ello, mientras al revés, la política energética impulsada por nuestro el gobierno el año 2018 ha tenido como objetivo fortalecer la posición de mercado de PEMEX y CFE mediante un trato diferenciado y preferencial en detrimento del resto de los participantes en los mercados relevantes. En dicho estudio, se puede transitar con éxito, de un sector energético anclado en hidrocarburos, a un sector competido y una matriz de generación eléctrica diversificada con una menor huella de carbono, siempre y cuando se respete el Estado de Derecho y se genere y mantenga certeza jurídica que promueva un clima propicio de inversión.
Juan Carlos Machorro aclaró que para lograr el desarrollo de la región, el Estado Mexicano deber regresar a la ruta iniciada en 2014 y no perder más tiempo: “se debe respetar el Estado de Derecho que permite a los particulares invertir en energías limpias y dejar de congelar trámites y permisos en demérito del sector y del consumidor; la ceguera ideológica puede costar mucho al país”, subrayó.
El analista explicó que además de estar ya en una situación de consultas al amparo del T-MEC las medidas implementadas por la presente administración atentan seriamente contra los compromisos del país en materia de cambio climático, perfilando a México como un líder regional en el aumento de la huella de carbono y el calentamiento global. Recordó que “en su informe Hoja de Ruta para la Acción Climática en América Latina y el Caribe 2021-2025, el Banco Mundial indica que México y Brasil representan más de la mitad de las emisiones regionales de gases de efecto invernadero generadas por el sector de energía, coincidiendo en que debe mejorarse la infraestructura de transmisión y distribución, diversificarse la generación de electricidad, el almacenamiento y las soluciones de redes inteligentes. Añade el estudio del Banco Mundial que debe evitarse la dependencia de los sistemas que hacen un uso intensivo del carbono y que los países que continúan por la senda de la expansión a corto plazo de las inversiones en tecnologías de combustibles fósiles se enfrentan al riesgo creciente de que las futuras acciones de mitigación del cambio climático generen activos varados”, dijo.
Asimismo, el especialista mencionó las grandes oportunidades de desarrollo que tiene México si aprovecha su potencial de energías limpias y las inversiones y ganancias que podrían generarse. “El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, con el apoyo de la Agencia Danesa de Energía, emitió recientemente un estudio relativo a la adopción de un paquete de acciones de mitigación para reducir emisiones nacionales de gases de efecto invernadero que permitiría a México, además de cumplir con los compromisos al amparo del acuerdo de París, sentar precedente y actuar como ejemplo en la región; dicho estudio estima que el país podría obtener una ganancia de 157.2 miles de millones de dólares, al estimar costos y beneficios de 35 medidas necesarias para hacer efectiva la contribución determinada a nivel nacional de reducir emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Las acciones involucran a los sectores de generación de energía eléctrica, petróleo y gas, transporte, residencial, industrial, agricultura y ganadería, residuos y uso de suelo, cambio de uso de suelo y silvicultura. Dicho estudio añade que se requiere el retiro de las 2 tecnologías que más emiten gases de efecto invernadero; es decir, las termoeléctricas convencionales a vapor y las carboeléctricas”, informó.
Juan Carlos Machorro finalmente mencionó algunas conclusiones a las que llegó en abril pasado el Laboratorio Nacional de Energías Renovables del Departamento de Energía del Gobierno de los Estados Unidos de América, en un amplio reporte sobre el potencial para el desarrollo de fuentes de energías limpias en México. “El reporte otorga un número muy relevante de datos acerca del potencial con el que cuenta nuestro país, particularmente en términos de capacidad de generación solar en prácticamente todo el territorio nacional, y de generación eólica, al indicar que las capacidades solar y eólica nacionales tienen el potencial para generar 137 y 15 veces, respectivamente, la demanda total de energía de México para el 2024, y que la región sureste del país, tan necesitada de desarrollo, cuenta con el potencial para convertirse en el Hub más importante de energía limpia del país, con capacidad de enviar energía limpia al resto de la República y exportar energía limpia a Centroamérica.
El porvenir del país descansa en optar por un desarrollo sostenible y por el crecimiento económico, resultando fundamental contar con un sector energético eficiente y competitivo anclado en el desarrollo de las energías renovables.”, concluyó.
La capacidad solar y eólica del país tienen el potencial para generar 137 y 15 veces, respectivamente, la demanda total de energía de México para el 2024.
Juan Carlos Machorro, socio a cargo de la práctica transaccional y experto en materia energética de la firma legal Santamarina y Steta destacó diversos informes y estudios que describen la enorme oportunidad de México de ser una potencia global en energías limpias, mientras gana posiciones como país contaminador de la región de América Latina. “Varios analistas serios demuestran que dicha pérdida es para el sureste del país, que está ávido de desarrollo, crecimiento, empleo e inversiones en infraestructura. El futuro de las energías renovables está en la agenda mundial y debe ser ajeno a agendas políticas locales de corto plazo y a de inmediatez electoral”, señaló.
El experto citó al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el cual señaló en un estudio reciente que en un contexto de transición se vuelve necesario incrementar el peso relativo de la energía eléctrica generada a partir de fuentes con baja huella de carbono en la matriz energética de los países y su consecuente reducción del consumo de combustibles fósiles. Ello, mientras al revés, la política energética impulsada por nuestro el gobierno el año 2018 ha tenido como objetivo fortalecer la posición de mercado de PEMEX y CFE mediante un trato diferenciado y preferencial en detrimento del resto de los participantes en los mercados relevantes. En dicho estudio, se puede transitar con éxito, de un sector energético anclado en hidrocarburos, a un sector competido y una matriz de generación eléctrica diversificada con una menor huella de carbono, siempre y cuando se respete el Estado de Derecho y se genere y mantenga certeza jurídica que promueva un clima propicio de inversión.
Juan Carlos Machorro aclaró que para lograr el desarrollo de la región, el Estado Mexicano deber regresar a la ruta iniciada en 2014 y no perder más tiempo: “se debe respetar el Estado de Derecho que permite a los particulares invertir en energías limpias y dejar de congelar trámites y permisos en demérito del sector y del consumidor; la ceguera ideológica puede costar mucho al país”, subrayó.
El analista explicó que además de estar ya en una situación de consultas al amparo del T-MEC las medidas implementadas por la presente administración atentan seriamente contra los compromisos del país en materia de cambio climático, perfilando a México como un líder regional en el aumento de la huella de carbono y el calentamiento global. Recordó que “en su informe Hoja de Ruta para la Acción Climática en América Latina y el Caribe 2021-2025, el Banco Mundial indica que México y Brasil representan más de la mitad de las emisiones regionales de gases de efecto invernadero generadas por el sector de energía, coincidiendo en que debe mejorarse la infraestructura de transmisión y distribución, diversificarse la generación de electricidad, el almacenamiento y las soluciones de redes inteligentes. Añade el estudio del Banco Mundial que debe evitarse la dependencia de los sistemas que hacen un uso intensivo del carbono y que los países que continúan por la senda de la expansión a corto plazo de las inversiones en tecnologías de combustibles fósiles se enfrentan al riesgo creciente de que las futuras acciones de mitigación del cambio climático generen activos varados”, dijo.
Asimismo, el especialista mencionó las grandes oportunidades de desarrollo que tiene México si aprovecha su potencial de energías limpias y las inversiones y ganancias que podrían generarse. “El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, con el apoyo de la Agencia Danesa de Energía, emitió recientemente un estudio relativo a la adopción de un paquete de acciones de mitigación para reducir emisiones nacionales de gases de efecto invernadero que permitiría a México, además de cumplir con los compromisos al amparo del acuerdo de París, sentar precedente y actuar como ejemplo en la región; dicho estudio estima que el país podría obtener una ganancia de 157.2 miles de millones de dólares, al estimar costos y beneficios de 35 medidas necesarias para hacer efectiva la contribución determinada a nivel nacional de reducir emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Las acciones involucran a los sectores de generación de energía eléctrica, petróleo y gas, transporte, residencial, industrial, agricultura y ganadería, residuos y uso de suelo, cambio de uso de suelo y silvicultura. Dicho estudio añade que se requiere el retiro de las 2 tecnologías que más emiten gases de efecto invernadero; es decir, las termoeléctricas convencionales a vapor y las carboeléctricas”, informó.
Juan Carlos Machorro finalmente mencionó algunas conclusiones a las que llegó en abril pasado el Laboratorio Nacional de Energías Renovables del Departamento de Energía del Gobierno de los Estados Unidos de América, en un amplio reporte sobre el potencial para el desarrollo de fuentes de energías limpias en México. “El reporte otorga un número muy relevante de datos acerca del potencial con el que cuenta nuestro país, particularmente en términos de capacidad de generación solar en prácticamente todo el territorio nacional, y de generación eólica, al indicar que las capacidades solar y eólica nacionales tienen el potencial para generar 137 y 15 veces, respectivamente, la demanda total de energía de México para el 2024, y que la región sureste del país, tan necesitada de desarrollo, cuenta con el potencial para convertirse en el Hub más importante de energía limpia del país, con capacidad de enviar energía limpia al resto de la República y exportar energía limpia a Centroamérica.
El porvenir del país descansa en optar por un desarrollo sostenible y por el crecimiento económico, resultando fundamental contar con un sector energético eficiente y competitivo anclado en el desarrollo de las energías renovables.”, concluyó.